Como terapeuta de Reiki, he tenido el privilegio de presenciar muchas historias de sanación y transformación. Una de esas historias que siempre recordaré es la de María, una chica que llegó a mi consulta en busca de equilibrio y alivio en medio de las adversidades que enfrentaba en su vida. A través de mis habilidades como reikista, pude acompañarla en su proceso de sanación y ayudarla a encontrar la paz interior que tanto anhelaba.

El Encuentro con María

Cuando María entró por la puerta de mi consulta, pude sentir su energía cargada de emociones y preocupaciones. Su mirada revelaba una mezcla de agotamiento y esperanza. Tras las presentacione, la invité a compartir sus inquietudes. Con paciencia y empatía, la escuché atentamente mientras derramaba sus preocupaciones y la sensación de desconexión consigo misma.

La Esencia del Reiki

Explicarle a María qué es el Reiki y cómo le podría ayudar fue fundamental para que comprendiera la naturaleza de la terapia que recibiría. Le hablé sobre la energía universal que fluye a través de todos los seres vivos y cómo el Reiki canaliza esa energía para sanar y equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu. También le expliqué qué cura el Reiki (y qué no). Le aseguré que mi rol como reikista era ser un canal para facilitar su propia sanación aparte de aclararle que el Reiki en ningún caso sustituye un tratamiento médico y/o psiquiátrico.

La Sesión de Reiki

Con María tumbada en la camilla, comencé la sesión de Reiki colocando mis manos suavemente en sus diferentes puntos energéticos (los famosos chakras). Cerré los ojos y me conecté con la energía universal, permitiendo que fluyera a través de mí hacia María. A medida que canalizaba la energía sanadora, sentí cómo su cuerpo y su aura respondían, liberando bloqueos y tensiones acumuladas. A medida que fluía la energía Reiki, sentía como sus chakras se iban alineando y limpiando. Aquí puedes ver cómo es una sesión de Reiki:

La Transformación y el Renacimiento

A lo largo de la sesión, pude percibir cómo María se relajaba profundamente y cómo su rostro reflejaba una serenidad que no había visto al principio. La energía del Reiki trabajaba en su interior, disolviendo las cargas emocionales y permitiendo que su ser se abriera a nuevas posibilidades. María experimentó una sensación de liberación y renacimiento, como si le hubieran quitado una losa encima del corazón.

 El Regreso a la Paz Interior

Cuando finalizó la sesión, me senté frente a María y la observé con gratitud. Sus ojos brillaban con una nueva luz y su rostro emanaba serenidad. Me compartió cómo se sentía más conectada consigo misma y cómo había experimentado una sensación de paz y claridad que tanto anhelaba. María había comenzado su viaje de sanación y estaba lista para abrazar una vida llena de armonía.

La historia de María es solo una de las muchas experiencias gratificantes que he tenido como terapeuta de Reiki. A través de esta práctica de sanación energética, he sido testigo de cómo el poder del Reiki puede ayudar a las personas a sanar su cuerpo, mente y espíritu. Como reikista, mi propósito es ser un guía y un canal para que otros encuentren su propia sanación y equilibrio interior. Si estás buscando paz y sanación en medio de los desafíos de la vida, considera el Reiki como una opción para abrirte a un nuevo mundo de posibilidades.