La ducha Reiki es un método muy eficaz para limpiar tanto tu cuerpo físico como tu aura.
A parte del autotratamiento de Reiki, también puedes utilizar la técnica de la ducha Reiki que es un método muy simple pero que te ayudará muchísimo, ¡la ducha reiki es mágica! Y es mágica porque limpia toda la porquería energética que has acumulado, todas tus preocupaciones, si has estado con alguien muy negativo, o en tu trabajo tienes que tratar con mucha gente… En definitiva, la ducha reiki te ayuda a liberarte de la energía densa del día (porque ya sabes que no hay energía negativa o positiva, sino energía más densa o menos densa) y también para comenzar tu día con el pie derecho. No confundas la ducha Reiki con el baño seco (Kenyoku-HO).
¿Cómo darte una ducha Reiki?
Bueno, el primer paso es meterte en la ducha y antes de abrir el grifo ponte en posición gassho (nadie te estará viendo, así que expláyate). Mientras estás en posición Gassho pide que el Reiki fluya durante la ducha para tu mayor bien. Pon la intención… por ejemplo diciendo: “Pido a la energía reiki que fluya sobre mí mientras me ducho. Pido que limpie mi cuerpo, mente, espíritu, chakras, aura y cualquier cosa que haga falta eliminar de mi vida y se vaya por el desagüe. También puedes pedir “pido a la energía Reiki que me alivie el dolor”, lo que a ti te haga sentirte mejor. Y a continuación te duchas. También puedes dar Reiki al champú, al gel, al acondicionador, a la espuma de afeitar… ya ves que el reiki da mucho juego.
Con este ejercicio te “ducharás” con la energía Reiki, purificando tu cuerpo y reactivando la energía.
Si estás iniciado en segundo o tercer nivel de reiki: también puedes realizar este ejercicio cuando te duches, dibuja el símbolo maestro y el cho-ku-rei en la alcachofa de la ducha e imagina que el agua purifica tu cuerpo como si fuera la energía.
En caso que no estés iniciad@ en Reiki, puedes hacer el ejercicio igualmente, visualizando que el agua arrastra las negatividades, miedos, ansiedad…